- Separar siempre los alimentos listos para comer, de los crudos y los cocinados.
- Usar equipos y utensilios diferentes, como cuchillas o tablas de cortar, para manipular carne, pollo, pescado y otros alimentos crudos.
- Conservar los alimentos en recipientes separados, para evitar el contacto entre los que son crudos y los cocidos.
¿POR QUÉ?
Los alimentos crudos, especialmente carne, pollo, pescado y sus jugos, pueden estar contaminados con
microorganismos peligrosos que pueden transferirse a otros alimentos, como comidas cocinadas o listas para
comer, durante la preparación de los alimentos o mientras se conservan.